¿Cuáles son las cualidades que deben acompañar a un Coach?

Todas las personas tenemos una forma particular de mirar el mundo y de interpretar nuestro entorno en base a ese mapa mental que traemos, constituido por nuestras creencias, valores, y nuestra propia historia. Cuando uno se forma en el mundo del Coaching, pareciera que este mapa comienza a abrirse de una forma sistémica, observando lo que ocurre de aquí hacia adelante, para hacer las cosas distintas que necesito y quiero que ocurran, porque ser Coach significa construir futuro. 

Si bien la disciplina del Coaching le entrega a la persona competencias, habilidades, recursos, miradas, enfoques, paradigmas, nuevos hábitos; un Coach debe primero mirarse a sí mismo como ser humano, que siente, que piensa, que es capaz de conectarse con otros, de escuchar, de decir lo que piensa, que debe observar cómo se relaciona con el lenguaje, con su corporalidad, cómo impacta de una forma determinada, y debe trabajar en sus conductas, sus emociones, en su historia. Por tanto el ser Coach, va acompañado de algunos valores y cualidades que le permitan sacar lo mejor de sí para poder acompañar a otro. Acá enumeramos las cinco cualidades claves: 

  1. Humildad. Un Coach sabe que no es perfecto, pero tiene la valentía de trabajar en sus imperfecciones para estar al servicio de otro ser humano, con sus virtudes y sus desaciertos. Está consciente que no sabe cómo hacer que el otro logre algo, porque el Coaching no se trata de una receta, por eso solo puede acompañarlo. Un Coach lo que hace es acompañar al otro desde una relación confianza, respeto y admiración por el otro. “Yo admiro a los coachee (persona que es acompañada por un Coach) que tienen la valentía de atreverse a hacer cosas que no se habían atrevido a hacer”, comenta Paola Lombardi, directora de BeCoach. 
  2. Amor y Respeto por los seres humanos, con sus fortalezas, con sus desaciertos, con sus historias. Como Coach no buscamos cambiar su historia, lo que hacemos es resignificarla para que pueda hacer algo distinto de lo que venía haciendo. También respetar los ritmos de las personas, porque no todos logran atravesar un proceso de cambio al mismo tiempo, y el Coach debe respetar y no imponer su forma, sobre todo cuando se trata de procesos organizacionales. 
  3. Saber escuchar, y “escuchar -muchas veces- lo que no te gusta, porque a veces el coachee profesa una religión distinta a la nuestra, tiene una mirada política diferente a la nuestra… Pero mientras más diversos es tu abanico de coachee, más creces como Coach ”, explica Lombardi. 
  4. Capacidad de generar vínculos con el otro, lo que se logra a través de los valores, la confianza, la admiración, el respeto. “Los valores son el combustible de las relaciones y es importante ser consecuente con esos valores”, declara la directora de BeCoach. 
  5. Profesionalismo. Tener preparación de diversas materias, conocimiento de las distintas industrias, conocer de dónde viene la persona o coachee. No cualquier persona tiene la autoridad de coachear a otra. El Coach tiene que haber pasado por una cantidad de horas de formación, y tiene que tener horas de Coach. “El hacer coaching es un espacio privilegiado para quienes se forman: comienzas y no terminas nunca”, comenta Lombardi.